Jean Valjean se marcha del convento para no privar a Cossette de las libertades del mundo exterior y alquilan una pequeña casa. Un día, Marius ve a Cossette y se enamora perdidamente de ella. Cuando el joven habla con su abuelo del tema, este se burla y le aconseja que la considere su amante, no su futura mujer.
El pueblo se rebela en junio de 1832. La novela sitúa el levantamiento en ocasión del entierro del general Jean Maximilien Lamarque. Valjean rescata a Marius gravemente herido y lo lleva a casa de su abuelo. Le perdona la vida a Javert, quien le confiesa que lo ha estado persiguiendo y que no fue sincero cuando lo prometió. Por otro lado, Marius no quiere que Jean Valjean siga visitando a Cossette, pues este ya le había dicho que no era su verdadero padre, y deciden que las visitas serán cada vez más esporádicas con tal de que, con el tiempo, deje de verla.
La historia acaba un día en el que Cosette y Marius visitan a Valjean y lo encuentran en su lecho de muerte, estos le piden perdón al moribundo. Él los abraza considerándolos sus hijos y muere abrazado a ellos
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