Por otro lado, Gavroche es un muchacho digno de ejemplo, ya que, aunque ha pasado por situaciones de hambre y pobreza, es gentil, generoso y con ideas revolucionarias.
También es un hijo abandonado de los malvados Thénardier, los posaderos. Guillenormand es un señor de 90 años cuya hija se casó con un coronel que es dado por muerto en la batalla de Waterloo y que ha dejado a su mujer y a su hijo Marius, un joven con una visión totalmente diferente a la de su abuelo, que quiere pertenecer a grupos revolucionarios.
Todo cambia cuando se entera que su padre no está muerto, sino que está viviendo en Normandía, que prefirió renunciar a verlo, para que éste no perdiera una herencia. Cuando se puede reencontrar con su padre, es demasiado tarde: está muriendo, solo le pide que se mantenga fuerte en sus convicciones y que no renuncie a lo que él quiere.
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